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Tlahuelilpan: pensar antes de condenar

Todos hemos visto un diálogo así desde ayer:

  • Qué bueno que se murieron, por rateros.
  • ¡Oye, también había niños e inocentes!
  • Ah, yo sólo me alegro por los rateros.

¿Y si antes de tener que aclarar que no nos alegran los niños muertos en Tlahuelilpan pensamos tantito?

No, este hilo no es para regañarte por ser políticamente incorrecto.

Tampoco te pido que sientas empatía por un delincuente, Cada uno decide por quién sentirla o no.

Sí quiero reflexionar sobre algunas de las frases que soltamos con total facilidad sin pararnos a pensar.

«Sabían del peligro y ahí estaban»

Cierto, salvo quizá los niños la mayoría de la gente en el lugar debía tener conciencia de que era una actividad peligrosa.

Yo sé que no correría un riesgo así. Tú tampoco. ¿Qué situación empuja a alguien a correr semejante riesgo?

«Es gente que todo lo quiere fácil»

Algunos o muchos de ellos, tal vez. ¿Todos? No lo creo. De hecho, en estos y otros incidentes así he visto imágenes de bastante gente que ha tenido una vida mucho más difícil de lo que tú y yo hemos experimentado.

«Ellos son los que están saqueando al país»

Zzzzzz. La gente que estaba en el sitio de la explosión está en los escalones más bajos de toda la trama del huachicoleo, y lo sabes. Sí, incluso más abajo que el de ese amigo que sabe dónde encontrar gasolina barata en el centro.

«Si fueran mis hijos no me daría tristeza sino pena»

El común denominador de muchos de estos mensajes sobre la tragedia de Tlahuelilpan: la ignorancia y el privilegio.

Ignorancia de que en México existe gente en situaciones de pobreza extrema, de ausencia de oportunidades, de desesperación, de acoso del crimen organizado, de ausencia de autoridad. De hambre.

¿Conoces lo que es vivir en una situación en la que no tienes idea de cuándo volverás a comer carne? ¿No saber cómo vas a sostener a tus hijos? ¿No tener modo de atender a tu familiar enfermo? ¿No tener medio de subsistencia pese a luchar con todo por encontrarlo?

¿Sabías que en muchos casos la gente que llega a robar combustible lo hace obligada por bandas criminales? ¿Que los envían como escudos humanos para que cuando llega el Ejército o la Policía estos no puedan intervenir? ¿Que llevar a sus niños no es negligencia sino una orden?

Y nosotros, con el privilegio de juzgarlo todo desde la pantalla de nuestros iPhone. Desde la tranquilidad de la computadora. Desde el pedestal de internet.

Quizá no lo sepas, pero, si después de tuitear que te alegras por los muertos viste el fútbol, eres un privilegiado.

No, no creo que hayan muerto 73 -y contando- inocentes en Tlahuelilpan?

Tampoco creo que fueran 73 criminales.

Ni tú ni yo tenemos forma de saber ahora la situación de cada uno de los muertos. De algunos no se sabrá nunca ni su nombre.

Así que tengo una propuesta. Antes de meterlos a todos en el saco de «se lo merecían», piensa.

¿Qué bien haces celebrando muertes? ¿Qué bien haces al tuitearlo? ¿Necesitas ponerte en una situación en la que debas aclarar que no festejas que mueran niños e inocentes?

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