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Los cinco momentos clave que asfixiaron al Ascenso MX

Enrique Bonilla, Alejandro Irarragorri y compañía finalmente lograron su cometido: el Ascenso MX está muerto y los clubes de Primera División que no tienen la economía para competir con los grandes o los regios pueden navegar tranquilamente en la mediocridad sin preocuparse más por la posibilidad descender.

Entre argumentos principales para eliminar a la categoría de plata son la inestabilidad financiera de sus clubes y la falta de interés de los aficionados. Son factores reales, lo que se omite decir es que ha sido desde la propia FMF y la Liga MX que se ha fomentado el desinterés en la división con medidas que la convirtieron en un infierno deportivo y alejaron a los aficionados.

1996: Arrancan los torneos cortos

Para la Primera División es debatible si el formato de torneos cortos tiene más pros o contras, pero al establecerlo también para las divisiones inferiores se generó un punto negativo que ninguna ventaja puede compensar: ser campeón ya no era suficiente para garantizarse un ascenso a la división superior.

Armar un equipo extremadamente competitivo ya no alcanzaba para subir. Si por azares del destino un club menor se enrachaba en el momento correcto podía resultar campeón del Verano/Clausura y dejar en el camino a un equipo de mayor envergadura que tuviera la mala fortuna de ganar el Invierno/Apertura y sufrir una bajada de rendimiento a continuación.

O lo contrario: un club que se coronara primero podía enfocar toda su preparación en la final de ascenso y aprovechar el cansancio acumulado del que ganara el segundo torneo.

Esta complejidad añadida para ascender hizo del descenso una situación aun más trágica para los equipos involucrados. Lo sufrirían más adelante León, Necaxa o Atlante, que quedaron «atrapados» en la segunda categoría más años de los que podría esperarse de clubes de su estatyra.

1999: La venta del Unión de Curtidores

Curtidores logró un inesperado ascenso tras derrotar en la final de ascenso al Atlético Yucatán. La franquicia era propiedad de Valente Aguirre, también dueño del León, quien no tenía los recursos para sostener dos equipos en Primera División, por lo que decidió vender uno.

Originalmente Aguirre intentó vender al León, pero ante la indignación de la afición finalmente la franquicia vendida fue la de Curtidores. ¿El comprador? El Puebla que acababa de descender.

Los Camoteros no fueron los primeros en obtener su sitio en Primera vía compra de franquicia, pero la de Curtidores sí fue la primera afición que vio a su equipo sufrir el castigo de desaparecer por haber ascendido (sí, Potros Neza se convirtió en Veracruz tras subir en 1989, pero era una filial del Atlante, no un club autónomo).

2013: La mudanza de La Piedad
La Piedad: subir a Primera significó bajar a la cuarta división.

Los Reboceros ya habían ascendido a Primera en 2001, aunque solo duraron un año antes de que se vendiera la franquicia a Querétaro, que terminaría siendo desafiliado dos años después.

El segundo ascenso resultó una experiencia aun más cruel: la Liga MX determinó que el club no podía jugar en la categoría porque su estadio no tenía la capacidad mínima de 20 mil espectadores. Hablamos del mismo estadio que ya había sido sede de Primera División 12 años atrás.

Aunque el gobierno de Michoacán ofreció financiar las renovaciones necesarias al estadio, la liga no cedió y el equipo se mudó a Veracruz.

¿El resultado de ascender? La Piedad tuvo que resurgir la temporada siguiente como equipo de la Liga de Nuevos Talentos, lo que era entonces el cuarto nivel en la pirámide del futbol mexicano.

2017: La «certificación»

La Liga MX determinó ese verano que solo los clubes que contaran con la certificación antes del arranque de la temporada tendrían derecho a ascender a la Primera División.

Las reglas para certificar a las franquicias de Ascenso MX resultaron en que de los 16 participantes apenas cinco cubrirían todos los requisitos. Otros 11 solo jugarían por compromiso y, si acaso, «competir» por no descender a la Segunda División.

2018: Amenaza cumplida
La «Final de Ascenso» sin ascenso de la temporada 2017-2018.

Alebrijes de Oaxaca se coronó en el Apertura 2017 y Cafetaleros de Tapachula en el Clausura 2018, por lo que a la hora de disputarse la final de ascenso se sabía de antemano que ninguno de los dos clubes ascendería.

El resultado: protesta previa al partido y una panorámica desoladora en las tribunas.

El Ascenso MX estaba herido de muerte y así lo demostraron las desapariciones de Potros UAEM y Loros Colima 18 meses después.

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