Evitar esta escena fue la prioridad de AMLO y López-Gatell. Mientras hubiera camas para todos, lo demás era lo de menos. Así fueran 100 mil muertos.
México vive hoy la pesadilla que antes alcanzó a otros países. Y un #SemáforoRojo no será suficiente.
Parar actividades no esenciales es un paso necesario, pero insuficiente si no va a acompañado de restricciones a la movilidad de la población y apoyos a pymes y millones de mexicanos que viven al día y no tienen de otra que salir a buscarse el pan de un modo u otro.
Mientras el gobierno se limite a recomendar «por favor no salgan», siempre habrá quienes se escuden en su «libertad» y sus deseos de «vivir» para ignorar todo llamado.
Por cada ejemplo de sensatez habrá una fiesta de TV Azteca o un «influencer» mostrando qué rico se la pasa.
No es que los mexicanos seamos más irresponsables que el resto del mundo. Algunas sociedades tienen mayor cultura cívica, sí, pero también en EUA, Europa y Asia fue necesario imponer restricciones y su vigilancia por parte de la fuerza pública.
Covidiotas hay en todos lados.
Imponer restricciones en México es un arma de dos filos, por supuesto. Jalisco mostró el peor extremo con la muerte de Giovanni López a manos de la policía tras ser arrestado por no usar cubrebocas.
Pero el miedo a excesos no puede ser excusa para no actuar.
Claro que no es fácil otorgar apoyos económicos a pymes y población en el subempleo. Pero tampoco es imposible.
El problema es que hacerlo implica recortar gastos en otra parte. Y esa otra parte tendrían que ser las obras más costosas de la actual administración.
El gobierno -el federal y también el de muchos estados y municipios- ha fracasado al lidiar con la amenaza de #COVID19. Lamentablemente, no parece dispuesto a admitir sus más graves errores y corregir el rumbo.
Faltan aún muchos meses muy duros en México. Cuídate. Y a los tuyos.