Dak Prescott ha perdido el piso. Al menos esa era la lectura que se obtenía de los comentarios de prensa especializada y aficionados al darse a conocer que presuntamente el quarterback de los Dallas Cowboys rechazó una oferta de contrato por 5 años y 175 millones de dólares, un promedio de 35 por temporada.
“Pero ¿cómo se le ocurre?, ¡no los merece!”, fue el clamor casi unánime. Sin embargo, merecimientos en la cancha o no, la realidad es que Prescott tiene todas consigo para obtener el pacto que quiere.