Uno de los efectos del pánico desatado por la dispersión del coronavirus COVID-19 alrededor del mundo es la urgencia por usar mascarillas para cubrirse la boca y nariz.
Esto está provocando serios problemas de desabasto en hospitales donde realmente se necesitan. Lo peor de todo es que usar mascarillas no ayuda a una persona sana a evitar el contagio. Al contrario.
Como explica el biólogo español Álvaro Bayón Medrano en un estupendo hilo de Twitter, el coronavirus, como la gripe, sale del cuerpo del enfermo a través de pequeñas gotas de saliva o mucosa al hablar, estornudar o tocarse la nariz o boca.