La Superliga europea ha muerto. Apenas dos días después de nacer, los clubes ingleses que eran parte del proyecto lo dejaron en coma al anunciar su abandono. La estocada final ha llegado hoy con la claudicación italiana y española.
Real Madrid, Manchester United, Juventus, Barcelona, Liverpool, Manchester City, Inter de Milán, Atlético de Madrid, Chelsea, AC Milan, Arsenal y Tottenham lanzaron una guerra contra la UEFA y la FIFA pero no contaron con otros factores que decantarían rápidamente el resultado.
Quedaron, como suele decir el vocero mediático de Florentino Pérez, RETRARADOS.
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- La desesperación de Florentino ante el crecimiento de los nuevos ricos.
Cuando el presidente del Real Madrid hablaba de «salvar al futbol», en realidad hablaba de salvar el sitio merengue entre la élite europea en la que cada vez le resulta más difícil competir ante la fortaleza económica de la Premier League y el PSG.
La única vía para equilibrar la balanza era asegurarse estar en el mismo nivel de ingresos año con año, para lo que la Champions League en su formato actual -o el que se anunció el lunes- no es suficiente.
- La debilidad del proyecto 2.0 de Joan Laporta en el Barça y su silencio comparsa.
Si el Madrid está en una situación complicada, no se diga la del conjunto culé, ahogado en deudas y con el pendiente de la renovación de Lionel Messi.
Solo así se explica su participación casi sumisa en un proyecto liderado por el presidente del archirrival y que sea de los muy pocos clubes que no se han bajado del barco.
- La fuerza de los fans ingleses y la fidelidad al culto de muchos fans españoles.
La furibunda reacción de todas las aficiones en Inglaterra, tanto de los clubes involucrados como de sus rivales, fue clave para la marcha atrás del Big Six de la Premier League.
En contraste, muchísimos fans del Madrid y el Barça se arrojaron de cabeza a apoyar el proyecto. Era bochornoso echar un vistazo a las redes sociales y voceros mediáticos en el entorno madridista en particular.
- La desconexión de los dueños de la Premier con sus propios aficionados.
Los clubes ingleses no solo tuvieron que retroceder en sus intenciones de disputar la Superliga europea sino incluso pedir perdón a sus fans por la situación generada en los últimos días.
De los seis involucrados, tres tienen dueños estadounidenses, uno un empresario ruso y uno un consorcio de los Emiratos Árabes Unidos. Sencillamente no han entendido lo que significa el futbol en el Reino Unido.
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- La astucia de Bayern y PSG.
La reticencia de los gigantes alemán y francés restó fuerza al proyecto, pero no nos engañemos, de concretarse es muy factible que ambos hubieran terminado dentro a la larga.
Simplemente, supieron medir mejor los tiempos y la reacción que se generaría, en particular el club bávaro, mientras que los numerosos intereses que tienen los dueños del cuadro parisino -incluida la realización de Qatar 2022- junto a FIFA y UEFA hacían desaconsejable involucrarse ahora.
- La FIFA y la UEFA tienen muchos esqueletos en el armario, pero el enemigo de mi enemigo no necesariamente es mi amigo.
Lo expliqué ya en este artículo.