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Checo Pérez es muy bueno, Checo Pérez no es élite

No debería ser tan difícil tener una justa medida de lo que es Sergio «Checo» Pérez como piloto de Fórmula 1.

Hemos tenido 10 años para darnos una idea bastante precisa, sin embargo el rango de reacciones en México tras cada carrera extraordinaria o desafortunada es tan extremo como cuando llevaba apenas unos cuantos Grandes Premios en su haber.

Por supuesto que Checo Pérez es muy bueno. Es probablemente uno de los cinco o seis mejores pilotos en la parrilla de la Fórmula 1.

No te mantienes en el Gran Circo por 11 años en cuatro escuderías sin ser muy bueno, no importa cuántos patrocinadores te apoyen para llegar.

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No consigues una decena de podios en la F1 corriendo para equipos modestos como Sauber y Force India sin ser muy bueno.

Uno o dos pueden llegar por casualidad, pero 10 es otra cosa. Hay buenos pilotos -hola, Nico Hulkenberg- que nunca logran uno solo en ese mismo tipo de equipos.

No quedas como el piloto mejor clasificado fuera de las tres grandes escuderías en dos años consecutivos corriendo para el equipo con menor presupuesto sin ser muy bueno.

No ganas un Gran Premio de la máxima categoría desde el último lugar tras haber caído al último sitio en carrera sin ser muy bueno.

De hecho, ni siquiera pilotos extraordinarios lo habían logrado antes de que el mexicano lo hiciera en Sahkir en 2020.

No terminas en cuarto puesto del Mundial de Pilotos pese a perderte dos carreras de 17 por enfermedad y numerosos errores de tu equipo sin ser muy bueno.

No haces que una organización de la importancia de Red Bull rompa su política de solo usar pilotos de su propia academia para contratarte sin ser muy bueno.

No remontas 15 puestos en tu primera carrera con una nueva escudería tras un fallo eléctrico antes de la arrancada sin ser muy bueno.

No quedas por delante de tu compañero Max Verstappen en una calificación en apenas tu segunda oportunidad sin ser muy bueno.

Pero ser muy bueno no es sinónimo de ser parte de la verdadera élite de la categoría, y eso es algo que parece muy difícil de entender para buena parte de la prensa deportiva mexicana y los aficionados ocasionales (que son la mayoría) al automovilismo.

Checo Pérez es muy bueno, pero cometió una serie de errores en Imola que le acabó costando quedar fuera de los puntos. Es el tipo de actuación que le pasa quizá un par de veces por temporada.

Le pasó el año pasado al perder dos puestos tras tocarse con Albon en el Gran Premio de Estiria. O cuando quedó fuera en Bakú en 2017 por chocar con su compañero Esteban Ocon. También aquella vez que fue sancionado por embestir a un Williams en una frustrante noche en Singapur. O al tocar por detrás a Raikkonen en Mónaco en 2013.

A lo largo de 11 años y casi 200 Grandes Premios en la Fórmula 1, no son en realidad muchos errores en comparación a las numerosas buenas tardes que ha entregado.

Pero sí son, quizá, la diferencia entre ser muy bueno y pertenecer a la élite que integran Lewis Hamilton y Max Verstappen.

Hoy Hamilton cometió un error importante, con la diferencia de que fue el primero por el estilo en quizá varios años. Verstappen ha sido acosado por fallos del Red Bull, pero también es extremadamente raro que él sea la causa de un mal resultado.

Checo Pérez no está en ese nivel, y no tiene nada de malo decirlo. Suficiente mérito es haberse metido en el top 5 de la categoría cuando antes de él pasaron décadas sin un solo mexicano en la Fórmula 1.

No tendría que ser tan difícil moderar las expectativas cuando las cosas le salen bien o hacer menos escándalos cuando hay una mala tarde.

El rol de Sergio este año es el de escudero de Max. Su misión es ser mucho más de lo que fueron Albon y Gasly en temporadas anteriores.

Con su experiencia y el nivel del Red Bull, es muy probable que la mayoría de sus actuaciones estén cerca del nivel que le hizo remontar 15 puestos en Bahréin o quedar segundo en la calificación de Imola.

De ahí a pensar en numerosas victorias y pelear por el título hay una brecha importante.

También es importante la brecha entre tener una jornada muy desafortunada como la de este domingo y creer que ya está en la cuerda floja o que su paso por el equipo será una decepción.

Checo es muy bueno, pero no es de élite. No tendría que ser tan difícil entenderlo.

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